Terapias mínimamente invasivas
A continuación se presentan las tal llamadas intervenciones mínimamente invasivas y de imágenes (es decir por medio de Rayos X, tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética nuclear), para lograr el alivio de los dolores de columna.
El origen de los dolores puede venir desde el exterior, o sea muscular o bien del interior (disco); esta combinación se define individualmente según las necesidades de cada paciente. Todas las intervenciones mínimamente invasivas forman parte de un concepto integral terapéutico con medidas ambulatorias complejas de prevención y rehabilitación.
Diferentes técnicas de tratamiento:
Inyecciones especiales para la terapia del dolor
Bajo supervisión electromiográfica (EMG) o topográfica puede inyectarse a la musculatura de la espalda, el cuello o la región glútea neurotoxina (Botulinotoxina), para la relajación de la tensión muscular. Esta terapia interrumpe la excitación nerviosa del músculo y puede suprimir inclusive dolores persistentes de tensiones musculares, donde otros métodos terapéuticos no han tenido éxito.
Eliminación de dolor de ligamentos en las articulaciones de la vértebra (denervación)
Esta terapia consiste en la aplicación de agujas milimétricas hasta la punta de los nervios de la columna vertebral.
Estos luego son cauterizadas por medio de una solución especial o estimulados a través de un impulso de alta temperatura. Se utilizan rayos laser o corrientes eléctricas de alta frecuencia. Debido a la aplicación previa de anestesia local el paciente no experimenta dolor durante la intervención.
Tratamiento de las raíces nerviosas (terapia periradicular)
Luego de la aplicación de anestesia local y guiado por tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética (MRT) se introducen finas agujas hasta la salida de la raíz nerviosa lesionada. Por medio de una solución de contraste se observa continuamente la localización de la aguja y el nervio.
Una vez que la aguja está en el punto de actuar, el neurocirujano inyecta una sustancia antinflamatoria y analgésica con precisión en el punto de la fuente de la molestia.
En el caso de adherencias cicatrizales en pacientes anteriormente operados, se puede liberar el tejido nervioso bajo observación endoscópica.
Terapia del dolor a través de la técnica de catéter espinal
En esta intervención que se practica con anestesia local ya sea de forma ambulatoria o con una hospitalización de dos a tres días, se aplica una manguera muy fina que es introducida a través de orificios naturales de la columna vertebral bajo supervisión radiológica continúa sobre la duramadre de la médula espinal.
Extracción de prolapso de disco lumbar por la piel
La extracción de un prolapso del disco lumbar a través de la piel (percutáneo) preserva el tejido y acorta la fase de tratamiento posoperatorio.
En el procedimiento de extracción de prolapso discal endoscópica con el apoyo de la tomografía computarizada (CT) el neurocirujano introduce bajo anestesia local unos finos instrumentos especiales con endoscopia de alta precisión y videocámaras hasta el sitio del prolapso del disco lumbar. Por medio del uso de finos instrumentos especiales o rayos laser se extrae el tejido sobrante del disco.
Terapia interdiscal
La terapia interdiscal, o sea el tratamiento discal propiamente dicho tiene como propósito eliminar el tejido doloroso, desconectar los receptores del dolor y reducir el tamaño del núcleo del prolapso discal.
Para ello, existen diversos métodos de tratamiento:
- Disminuir la inflamación:
Lavado del disco intervertebral con sustancias antinflamatorias como por ejemplo preparados de cortisona o estimulación pulsada con energía de alta frecuencia.
- Disminuir la presión interna del disco intervertebral:
Reducción de la presión intradiscal mediante la inyección de quimopapaína (Quimonucleosis).
- Fijación del anillo del disco vertebral y contracción mediante calor
Nucleoplastia, la terapia intradiscal electrotérmica y la evaporación vía laser son tratamientos mínimo-invasivos, en el cual energía calórica es agregada de forma controlada en un segmento del disco dañado.
Las agujas especiales son colocadas bajo control radiológico dentro del disco; posteriormente, a través de estas agujas, es introducido un catéter.